jueves, 7 de febrero de 2008

Vendedores ambulantes

En las ciudades colombianas, lo mismo que en muchas otras del mundo, se observan formas de ocupación o apropiación del espacio público, algunas reguladas por normas y otras de hecho e ilegales, que benefician exclusivamente a ciertas empresas o individuos y de las cuales se derivan beneficios económicos, unas veces compartidos por el Estado y los particulares y, en varios casos, solamente por uno u otro.
Las ventas callejeras son el ejemplo que más se pone en discusión, sean ambulantes o estacionarias, de las cuales se subraya su ilegalidad, impacto sobre la congestión peatonal, aspecto antiestético y también el efecto sobre la competencia entre establecimientos comerciales.
UN Periódico: En Bogotá existen cerca de cien mil personas en la calle viviendo de la economía informal, ¿cuál es su justo lugar sin detrimento de la integridad del espacio público?
Fernando Montenegro: Partamos de precisar lo que significa el espacio público para una ciudad. Para mí es su ética, la manera como se comportan los ciudadanos en lo público. Además, creo que debe ser entendido como una condición de la ciudad, que tiene dificultades por su uso incorrecto, y no como un problema. El espacio público debe mirarse, por un lado, desde su conformación física y desde la noción de modernización de la ciudad y, por otro, desde la utilidad de ese espacio público como parte del desarrollo de la ciudad.

http://unperiodico.unal.edu.co/ediciones/73/08.htm

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