sábado, 16 de febrero de 2008

El centro vivió día de zozobra


Pese a los desmanes de los vendedores ambulantes, quienes tiraron ‘papas’ explosivas, la Policía evitó un enfrentamiento con los informales y logró retomar el control de las calles del centro. La Alcaldía ratificó que la vigilancia será permanente. Oswaldo Páez El PaísDurante varias horas vendedores ambulantes bloquearon la actividad comercial en las calles 14 y 15 entre carreras 5 y 8. Más de tres mil negocios formales resultaron afectados. Pese a la protesta de los informales, no hubo disturbios, ni enfrentamientos con la Fuerza Pública. Voceros del comercio formal convocaron al diálogo. “Cierren las puertas, que si no nos dejan trabajar (el Gobierno), nosotros tampoco los dejamos a ustedes”, gritó con tono amenazante un grupo de vendedores ambulantes que doblaba por la Calle 14 con Carrera 5. Era el mediodía de ayer cuando los informales comenzaron a intimidar con palabras a los dueños de los negocios formales, lo que ocasionó el bloqueo de la actividad comercial durante varias horas. Más de mil vendedores estacionarios se pararon en los andenes de la Calle 14 entre carreras 5 y 8 mientras vociferaban :“déjenos trabajar”. En la esquina de la Calle 14 con Carrera 8, un grupo de personas trató de provocar a un escuadrón del Esmad con el estallido de varias ‘papas’ explosivas. Sin embargo, la Policía evitó el enfrentamiento. La protesta de los informales se produjo al tercer día de que la Secretaría de Gobierno, con apoyo de 400 policías, iniciara el despeje de las calles del centro, con el objetivo de poner en marcha un plan integral de recuperación del espacio público. Durante media hora, el flujo vehicular de la Calle 14 tuvo que ser desviado. Más de un cliente salió despavorido del lugar ante las detonaciones de los artefactos y otros ciudadanos se quedaron sin hacer las compras a raíz del cierre momentáneo de los almacenes. Hacia la 1:30 p.m. la calma volvió a las calles de la denominada Zona Segura del Centro. Sin embargo, los administradores y propietarios de más de tres mil negocios de las calles 14 y 15 se pasaron el día cerrando y abriendo las puertas de sus almacenes, ante las frecuentes advertencias de los informales. “Ellos (ambulantes), pasan cada rato molestándonos. Nos preocupa que quiebren los vidrios de los almacenes y que los saqueen”, señaló el empleado de una tienda de ropa. “Es muy agotador estar así todo el tiempo, pendiente de lo que pueda pasar”, agregó una vendedora de una relojería. Pese a que no hubo disturbios ni daños materiales, voceros del comercio formal señalaron su preocupación frente a las pérdidas económicas que genera esta situación, especialmente porque este fin de semana es quincena. “El perjuicio es muy grande. La gente se pone temerosa y deja de comprar”, afirmó Juan Blanco, representante de la Asociación de San Andresitos Unidos. Blanco manifestó, además, que “entendemos el problema social, para muchos es una forma de ganarse el sustento, pero nos sentimos desprotegidos y nos inquieta lo que pueda pasar”. El representante de los comerciantes convocó a un diálogo con la Administración y los vendedores estacionarios. “En septiembre del año pasado, durante un consejo con el Gobierno Municipal, se propuso establecer unas mesas de concertación para buscar una solución, pero hasta el momento no se ha cumplido”, aseguró.

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